08 septiembre 2006

Cosas sobrevaloradas

Hace unos días leía una entrevista con el extravagante grupo Astrud en la que uno de sus componentes afirmaba que "la originalidad está sobrevalorada". No sólo estoy de acuerdo, sino que se trata de una de entre los muchos conceptos que hoy en día están sobrevalorados. Esta es una pequeña primera lista

* La originalidad: Somos más de seis mil millones de personas. Buena parte de ellos vemos las mismas series y películas, escuchamos la misma música, compramos en las mismas franquicias y, a pesar de hacerlo casi todo igual, compartimos los mismos valores de individualismo y diferenciación y los mismos deseos de originalidad.
Está claro que tantas personas intentando ser originales resultan muy poco originales. Esto lleva exclusivamente a la búsqueda de una forma de destacar. Y destacar no es lo mismo que ser original. Destacar es conseguir esos cinco minutos de gloria en cualquier programa de telebasura o llegar al mayor exceso, exabrupto o estupidez. Así, lo que se acaba por entender como original, es parir engendros tipo jackass o meter en metacrilato a una vaca troceada.

* Los conciertos: Vamos a ver: te gusta un grupo o un autor. Te gusta su música y canciones. Vale. ¿Y te vas a verlo a un lugar donde miles de garrulos enfervorizados gritan o tararean las canciones? ¿Quieres escuchar a tu grupo o a los Coros del Salvaje Etilismo?. Mientras te estrujan, frotando sus sudores contra tu camiseta, no ves casi nada del escenario, porque todo el mundo salta agarrado a las litronas que esparcen su contenido entre todos los que estáis alrededor. Por supuesto acabas siguiendo el concierto en la pantalla gigante que han instalado por que tanto saltito no te deja ver nada y, además, desde donde estás apenas se vislumbra al artista como un puntito en el horizonte. ¡Coño! ¡Quédate en casa con un dvd y disfrútalo con todas las comodidades! Si hasta te saldrá más barato. En fin; qué gente...

* La naturaleza: Seamos sinceros, la naturaleza, no nos gusta. Nos encanta que exista ahí fuera, como un bonito cuadro de fondo. Incluso dar un paseo por ella de vez en cuando y encontrarnos con la sensación de que no hay nadie o casi nadie en los alrededores. Pero, con esto del turismo rural y las excursiones domingueras, cada vez es más difícil encontrar esa soledad. Y vivir en ella, con su suciedad, sus bichos, las alergias... definitivamente, no. Lo que sí nos gusta son las comodidades de la civilización. Sin ellas no podríamos vivir. Pero sin la naturaleza, por supuesto que sí. Mucho mejor el césped que los matojos; los árboles de un jardín que un bosque; el insecticida que las avispas del campo; las aceras enlosadas que las veredas embarradas; el maletero que la mochila... Labordeta nos gusta en un documental. Pero no aguantaríamos con él caminando por esos montes salvajes más de una hora sin desear desaforadamente entrar en cualquier asador a meterse un cordero al cuerpo, que es la parte de la naturaleza que más aman los madrileños. En fin, naturaleza sí, pero dentro de un orden: césped, jardín, asfalto...

* La playa: Sin duda la playa es la parte negativa que la gente soporta para estar bronceada. Lo que interesa de la playa es el sol y el espacio para tumbarse. Pero si existieran piscinas para todos, con sus tumbonas, césped, alicatado e, idealmente, servicio de bar, nadie podría elegir ir a un lugar del que sales lleno de arena, con sensación de suciedad a pesar de estar metido periódicamente en el agua, con algas y porquerías en un agua casi nunca transparente. Con gente molestando por todas partes y niños y mayores jugando con pelotitas y raquetitas que deseas convertir en arma arrojadiza. Tumbado entre colillas y otros deshechos en la arena. En fin, un lugar vomitable.

* El arte: Casi todo el arte de hoy es prescindible. Está ahora cerca del concepto de "originalidad" que se rechazaba en el primer punto. Busca epatar más que conseguir la belleza y no transmite casi nunca nada más que hastío. Y el arte antigüo suele estar descontextualizado (en un museo o exposición, en los restos de un lugar que ya no es lo que fue). Mi propuesta sería sustituirlo simplemente por el concepto de belleza. Es más subjetivo, pero el arte también lo es, salvo que confíes en los críticos (élite a la que no entendemos) o en los propios artistas (lo que supone sustituir tu subjetividad por la del autor, aún menos fiable)-

* Viajar: Este es uno de los puntos que más me irrita. No falla, pregúntale a cualquier persona cuales son sus aficiones. Invariablemente te dirá que la música y viajar. Con eso piensa que su personalidad queda ya totalmente definida y que pertenece al conjunto de los güay que hacen cosas in. Pero ¿Qué coño de música le gusta? ¿Bisbal o Bibel? ¿Christina Aguilera o Cristina Branco? Y con lo de viajar lo mismo: ¿Qué le gusta, irse a Benidorm o a Salzburgo? ¿Le gusta meterse en la Pensión Loli y desbarrar toda la noche de garito en garito? ¿Podría especificar?.
En cualquier caso, viajar es un coñazo. A mi me gustaría estar en otros sitios. Vivir por temporadas en lugares diferentes. Pero los típicos viajes de vacaciones son un horror.
En general, cuando empiezas a conocer un sitio, a ubicar los lugares más interesantes y agradables, llega ya el momento de marcharse. Es más una frustración que un disfrute. Y eso pasando unos días en el lugar de destino. Imaginaos esos tours con un destino diferente cada día, con maratón de monumentos y "lugares imprescindibles". Al final la gente está convencida de que viajar es pasar por los sitios y hacerse una foto. Y enseñarla, claro. Creo que, en todo caso, viajar hoy cumple una función social para integrarse en la masa. La gente necesita a la vez sentirse parte del colectivo y diferenciarse, cosas que parecen contradictorias pero que son la base de toda dinámica social. Con el hecho de viajar y estar en todos los sitios donde hoy se "debe" estar (la playa, la casita rural, el consabido spa...) se sienten "como los demás". Y buscando ese destino molón al que el vecino aún no ha llegado, cumpliendo con la obligada última tendencia, se sienten diferentes (mejores) de los demás. Pero dentro de una oferta standard y masificada (ahora China, Tailandia o Cancún) en la que no dejarán de coincidir con otros miles de enteradillos "pioneros".

Continuará.

Y a vosotros, ¿qué cosas os parece que están sobrevaloradas?

1 comentario:

Anónimo dijo...

El champán y el cava, la langosta, la Fórmula 1, la inteligencia de los inteligentes y la final de los cien metros lisos.