21 noviembre 2010

Más películas recomendadas para niños (no ñoños) (3)

Más películas para ver con tus hijos.


Sigo con una (tercera) lista de recomendaciones basadas en las últimas películas que hemos visto con nuestra hija (10 años) y que consideramos adecuadas por sus valores y su capacidad de entretener. En ninguna de ellas predomina la chabacanería propia de algunas películas infantiles y juveniles americanas, especialmente, ni asistimos a lenguaje soez, sexista, consumismo desaforado o ñoñería. Enfín, ya sabéis a que me refiero.

De las últimas destaco:
1)
"Solo ellos", una interesante película (aunque Clive Owen me parece que está envarado y transmite tanto como un témpano de hielo) sobre el reforzamiento de los vínculos entre un padre recién viudo y sus hijos.

2) The Blind Sde
Una película comercial, pero interesante, sobre la integración de un personaje desubicado y desintegrado en un entorno social que no le corresponde. Transmite un mensaje de superación muy americano, pero también de empatía y humanidad. Aderezado, además, con una magnífica y sorprendente actuación (para mi gusto) de Sandra Bullock.

3) El solista

Una sorprendente película, que atrapa por como transmite la absoluta marginalidad de un ser especial. Esta diferencia es al que atrapa también a los niños y les engancha a ver como evoluciona la historia de este personaje "diferente".

4) El señor de las moscas.

Aunque  de cierta dureza y con imágenes bastante violentas, la historia de unos niños que han de sobrevivir solo en una isla y como se desatan en ellos comportamientos bestiales, es una buena lección para niños en proceso de maduración.

5) El hombre elefante

Aunque pueda sorprender (desde luego el universo de imágenes de Lynch queda bastante lejos de una mente infantil), en este caso ese universo está aún en  sus inicios y controlado por una historia que, de nuevo, genera empatía con los diferentes, humanidad y admiración. Si se supera el tono tenebrista del blanco y negro casi expresionista y la repulsión del monstruo, la historia es perfecta. Para niños sin remilgos :-)

17 octubre 2010

Guia de Ourense. Capítulo II. Monasterios del Cañón del Sil

Volvamos a Ourense para recomendar una escapada por los alrededores que nos llevará a rincones tremendamente hermosos, donde la armonía entre una naturaleza aún casi virgen y la hermosura de las viejas construcciones monásticas, perfectamente integradas en el paisaje, nos entregará a un pleno disfrute de los sentidos.

Nos dirigimos a San Pedro de Rocas. Este es un primitivo monasterio situado en el concello de Esgos (carretera OU 536) con unos 1500 años de historia a sus espaldas, desde que unos ascetas decidieron escoger este lugar para retirarse del mundo y orar a finales del siglo VI, cuando Galicia aún era un reino suevo, antes de ser tomado por los visigodo. Aún pasó unos siglos abandonados desde su fundación hasta que se funda una nueva comunidad en el siglo VIII, coincidiendo con la conquista árabe de la Hispania.

Hoy es un lugar tremendamente evocador, a pesar de la continua música ambiente que han elegido poner en contraposición con el silencio que en este lugar reinó y reina habitualmente.

Es un lugar rodeado de una vegetación exhuberante, de puro bosque gallego de robles, sauces, pinos. Arquitectónicamente destaca por su sencillez y por el sorprendente aprovechamiento de la estructura pétrea sobre la que se asienta como parte de la propia construcción. Las tumbas d sus habitantes, excavadas directamente en el suelo, refuerzan el entorno de melancolía propia de estos paisajes.

Si se visita cualquier duda plenamente gallego (húmedo, frío...) uno no puedo menos que estremecerse ante la decisión de pasar aquí y en las condiciones en las que hace más de mil años se vivía, el resto de una vida.

Desde aquí podemos seguir hacia Luintra y llegar hasta el hoy Parador de San Estevo o volver atrás y tomar la carretera desde las orillas del Miño.

Si elegimos cualquiera que no sea la carretera principal al Parador, tendremos una inmersión auténtica en el rural gallego más profundo. Y una alta probabilidad de perdernos y dar mil vueltas, dado que las indicaciones son escasas y válidas solo para los lugareños, pues indican solo las aldeas cercanas. Carreteras estrechas, bordeadas de vegetación, pequeñas aldeas con campesinos salidos de estampas de lso 60...

Y, al final, San Estevo de Ribas de Sil. Conocí este lugar cuando era una ruina y, sin muros apenas, pasabas directamente a sus magníficos claustros, el refectorio, las cocinas... Hoy es un Parador espectacular, quizás demasiado nuevo y brillante en un entorno en el que lo mejor es dsfrutar de la vejez de estas piedras históricas, en estos rincones de piedra y verde donde los monumentos de granito enmohecen hasta camuflarse en un entorno al que parecen pertencer desde siempre.


Por eso, mejor acercarse hasta otro monasterio cercano. Santa Cristina de Ribas de Sil, nos recuerda como se encontraba San Estevo hace apenas 20 años. Pero, a pesar de su ruina, mantiene un encanto especial. Apenas visible entre el esplendor del bosque, contiene una riqueza arquitectónica e iconográfica especial.




Difrutar en él de las vistas, pasear por el bosque que lo rodea o acercarse al extraño árbol- altar que algunos lugareños han erigido allí cerca puede culminar un día de excursión perfecto.


Podemos cerrarlo con un trayecto tranquilo en coche por estas carrterillas que bordean el cañón del Sil, parando a menudo a disfrutar del paisaje y, finalmente acercándonos a la zona de Sober para disfrutar de algún vino de Amandi y una buena cena en cualquier barecillo "enxebre" de la zona.


03 octubre 2010

Azores II; Terceira y Angra do Heroismo




Desde la llegada al Aeropuerto de Terceira se respira la calma que impregnará el resto de días que pasamos aquí. El taxi que nos lleva a la capital, Angra, desde el aeropuerto de Lajes lo conduce un señor callado, pero amable. Esa será una característica habitual. Quizás cmo consecuencia del aislamiento, la gente resulta poco extrovertida, pero amigable. No favorece el acercamiento, ni lo rechaza. El paisaje es tranquilo, con predominio de población dispersa en caseríos de sencillas casas de pueblo, a veces coloreadas de forma especialmente alegre. Al llegar a Angra, destaca la ausencia de construcciones modernas o edificios que rompan el entorno. Se nota que es Patrimonio de la Humanidad y que procuran conservarla.

El taxi nos deja en el Hotel Terceira Mar y comprobamos que la elección ha sido acertada. Aunque es un hotel grande y turístico, resulta muy tranquilo y apenas se nota la existencia del resto de huéspedes. Se caracteriza por un jardín con piscina con espectaculares vistas al Monte Brazil y al mar. Pasar la tarde aquí es suficiente recompensa vacacional. Pero la isla tiene demasiados atractivos como para recluirse uno en el hotel.


Lo primero, dadas las horas, es comer. Lo hacemos en el propio hotel y con acierto total. Mi tamboril de arroz con mariscos pertenece ya a la imágenes míticas de las mejores vacaciones. El suave vinho verde con que lo acompaño, hace que llegue al final de la comida en beatífica felicidad.

Tras esto y un rato de piscina salimos a dar un paseo por Angra. Desde el hotel, no hay más de 15 minutos andando hasta la ciudad. Y, al llegar, se van abriendo calles y rincones que nosinundan de una belleza sosegada. El aspecto de estas calles es casi colonial. Tienen el típico adoquinado portugués. Los edificios civiles guardan una exquisita y las iglesias son de una modesta belleza, aunque aspiran a un barroco cargado que contrasta con la humildad del entorno.


Visitas

Al llegar al puerto, saliendo de uno de sus callejones, aparece ante nosotros la catedral, sorprendiéndonos con su brillante azul. Al lado de ella, un edificio ofrece una exposición de fotografías que ocupan todas sus ventanas, dando al lugar un espectacular aspecto de modernidad.


Disfrutamos de este momento de belleza y lo alargamos paseando entre las callejuelas, las plazuelas y los parques de la ciudad. En los días pasados aquí, veremos como, a pesar de ser aparentemente menor que Ponta Delgada, tiene una vida más rica. Constantemente surgen actividades, conciertos, exposiciones... Hay restaurantes "de diseño" (que no probamos) y una actividad comercial más puntera de la que, al menos nosotros, vimos en la isla de Sao Miguel. Y todo ello acompañado por una gente amable pero fría.

Más allá de la capital de la isla, existen múltiple opciones para disfrutar. En nuestro caso, contratamos los servicios de una compañía (Aguiatur) que ofrece excursiones por el interior de la isla y avistamiento de cetáceos en el mar. Hicimos ambas.

La primera excursión en todoterreno acompañados por un guía (Luis Filipe, botánico, excelente conocedor de la isla y sus características, amable y buen conversador) que nos ayudó a conocer mucho mejor qué era lo que veíamos: nos sorprendió así saber que lo que para nosotros era una vegetación espectacular en realidad, tanto aquí como en Sao Miguel, se trata de vegetación exógena, en algunos casos plantas invasores que están acabando con el medio ambiente característico de la isla.
Por ejemplo: esas inmensas flores amarillas que aparecen en todos los bosques de la isla y que llaman conteiras. En realidad, procedente del Himalaya. O las cryptomerias japonicas, impresionantes árboles que guardan de forma espectacular la humedad en las zonas de niebla. Como se deduce, vienen de Japón y han sido introducidos apenas hace algo más de 100 años. Son muy útiles ya que conservan la humedad en estas islas que,, en contra de lo que parece, tiene poca agua dulce útil (hay pocos ríos y cursos de agua). Probad a poneros debajo de ellos y agitar alguna de sus ramas: os caerá encima una espontánea ducha natural.

Lo típico de la isla, como nos contó nuestro guía, es el brezo, el laurel y las formaciones de musgos que, en las zonas altas y casi perennemente envueltas en niebla, conservan la humedad y forman auténticas estructuras de plantas simbióticas en las que resulta difícil distinguir unas de otras.

Aparte de la flora, la geología de la isla es un verdadero tesoro. Si origen volcánico permite descubrir espectaculares estructuras basálticas, tanto en el interior, como, especialmente en los acantilados. No debe uno perder la oportunidad de visitar el interior del tubo volcánico de Algar do Carvao. Aquí se puede descender por el antiguo tubo de un volcán y conocer desde el interior las estructuras que las explosiones dejaron en él, así como las marcas inmensas de las burbujas de lava y las estalactitas que se están formando desde entonces por el decantamiento de ácido silícico (no son calcáreas, como la mayoría de las que conocemos). La sonoridad del lugar , los colores que dejan los diferentes minerales y musgos, el lago existente al final del descenso... Un lugar espectacular que disfrutarán todos pero asombrará especialmente a los niños.

La excursión por mar para ver cetáceos resulta no demasiado interesante. El día no amaneció muy bueno y el barco daba unos desagradables botes sobe las olas a pesar de que el mar estaba bastante tranquilo. La visión de cetáceos resulta cada vez menos probable y se reduce por tato a los habituales delfines. Los niños disfrutan de ellos y sus saltos, pero la expectativa de ver algo más "especial", como ballenas y cachalotes, suele verse defraudada.

También para los niños, resulta agradable pasar las horas de sol en las piscinas naturales de Biscoitos. Apenas a media hora en coche desde Angra, separadas del mar abierto por rocas de lava de alguna erupción primitiva (imprescindibles zapatillas de goma para evitar cortarte con las rocas) son un lugar idóneo para disfrutar del mar. Al igual que en Sao Miguel, pocas playas hay en la isla y lo mejor es nadar en lugares como este u otros entrantes al mar directamente desde las rocas.


Restaurantes

La oferta de restauración es amplia en la ciudad de Angra, pero limitada fuera de ésta. Ya he citado al inicio el tamboril de arroz del Terceira Mar. No insistiré porque se hace la boca agua. En Altares (nada que ver con un lugar sagrado, al parecer el nombre viene de los "altos aires" que allí soplan), está el restaurante O Caneta. Lugar agradable y con buen servicio. Aquí probamos una comida típica: la Alcatra azoriana. A parecer tiene su origen en España y el nombre proviene de Alcántara: Es una especie de estofado de carne que, particularmente, me resulta poco interesante: la carne, a pesar del casi monocultivo de la vaca en la isla, no es especialmente buena. Y resulta especialmente fuerte al llevar también chorizo y morcilla.

Probablemente el restaurante más agradable y de mejor calidad en lo que vimos en la isla resultó ser el restaurante del Hotel Do Caracol , cerca del hotel Terceira Mar en el que estábamos. Una comida más elaborada de lo habitual en estas islas y con un servicio exquisito. resultaba además de los locales mejor cuidados de lso que visitamos en este viaje. Su cercanía a nuestro hotel, favorecía además el disfrute de los vinos servidos.

Ya en Angra, el restaurante del Hotel Beira Mar resulta especialmente agradable por su animada terraza donde, probablemente, se concentran cada noche casi todos los turistas de la isla. Por el contrario, es decepcionante el muy cercano Adega Lusitania.

Por lo demás, se pueden aplicar los mismos comentarios que para Sao Miguel: casi cualquier restaurante ofrece una calidad más que decente si se acuden a los productos frescos de la isla, especialmente pescado y las legumbres que lo acompañan en guarnición. Los precios son, en general moderados. Incluso en los restaurantes de los hoteles Do Caracol y Terceira Mar los precios nunca superaron los 15-20 euros por persona.

Otras recomendaciones

Por último, una recomendación más. Los coches de alquiler son también caros. En nuestro caso optamos por contratar al taxista que nos recogió en el hotel. Un viaje de ida y vuelta al otro extremo de la isla no son más de 14 euros. A Praia da Vitoria eran 12 euros. Incluso podías decirle que te recogiese a una hora determinada para no estar pendiente de él y visitar con tranquilidad cada lugar. En ese caso, tenías que pagar los dos viajes, pero aún así sale más económico que el alquiler de coches.

Y si vais al Algar do Carvao, no olvidéis un chubasquero. Aun en el interior del volcán, las aguas se filtran por etre las rocas y pueden dejarte empapado al final de la visita.

En resumen, un lugar maravilloso para visitar. Hermoso, tranquilo, con poco turismo. Algo que los habitantes aprecian. Más de uno nos repetía que no querían masificar la isla como loe pasó a las Canarias, que quieren conservar el estado actual y permanecer siendo un lugar lejos de las masas. Imshalá.

12 septiembre 2010

Azores I. Isla de São Miguel y Ponta Delgada.


Nuestro primer viaje a estas islas (habrá más) nos llevó a San Miguel y Terceira. En este post comentaré la estancia en la primera isla visitada, Sao Miguel y dejaré para una entrega posterior la segunda (que curiosamente es Terceira J . Este fue el orden también del viaje y hacerlo así facilitó la sensación de ir de menos a más (o de mucho a muchísimo) en la satisfacción de nuestras expectativas.

Hace tiempo que teníamos en mente este viaje, así que, como es habitual, la satisfacción demorada redunda en un mayor placer que la satisfacción inmediata. EL viaje no defraudó las expectativas.

Nuestra experiencia anterior en Canarias o Madeira, nos hacía concebir unas islas semejantes. No es así. Azores no son aún un paraíso del consumismo turístico. Alejadas un tanto de los circuitos habituales, cuesta encontrar oferta o información y es necesario casi siempre hacer vuelos con escala en Lisboa.

La llegada a Ponta Delgada, en San Miguel nos aportó ya las primeras impresiones positivas. El aeropuerto, casi en la ciudad mismo, es pequeño y cómodo y su cercanía al Hotel reduce los tiempos de espera.

Alojamiento

El hotel VIP Executive probablemente, fue lo peor de la estancia. No porque fuese un mal hotel, sino porque era el típico hotel de ciudad más apropiado para una correcta estancia en viajes laborales que para unas vacaciones. Sólo válido para dormir, con servicios de calidad suficiente, no invitaba a pasar algunas horas muertas en él.

En las largas excursiones por la Isla tuvimos la oportunidad de conocer el Hotel Caloura Resort. Comimos en su restaurante y pudimos comprobar que este era el hotel que nos hubiera gustado. Situado en los alrededores de la pequeña villa de Agua de Pau, apartado de todo ruido y distracción, en un idílico paisaje de acantilados y flores, invitaban a pasar las horas en sus jardines, piscinas o en la costa. Ofrece además cursos de iniciación y sesiones de submarinismo en las increíbles aguas de esta isla. Nada que ver con el VIP: un hotel mucho más apropiado para las vacaciones que en otra ocasión habrá que utilizar. Por tanto, si vais a la isla, este sería nuestro hotel recomendado: Caloura Hotel Resort

Visitas.

Toda la isla es una continuidad de rincones hermosos Los pueblos, apenas aún tocados por la fiebre desarrollista de adosado y las autovías, conservan la tradicional imagen de los pueblos portugueses, con sus calles y aceras de adoquines que forman dibujos sencillos, y disfrutan además de un toque colonial que los hace especialmente hermosos. Los paisajes, siempre verdes y sorprendentes por la variabilidad de su luz y clima. Y, desde luego, sus atractivos “turísticos” sus ”furnas” y corrientes de agua caliente, sus “lagoas” y la riqueza botánica y geológica, etc.

Lo tradicional es visitar los siguientes puntos imprescindibles:

- Sete Cidades, en la zona occidental de la isla, donde pudimos recorrer un agradable sendero totalmente llano que bordeaba la mitad de la laguna pequeña (Lagoa verde). Apenas 5 kms ida y vuelta en los que disfrutar de la vegetación de la isla: criptomerias, hortensias.. toda exógena. De esto comentaremos más en el post de Terceira.

Os dejo un mapa en el que podéis ver este recorrido

- Furnas: en la zona Oriental de la isla. Un lago rodeado de bosques en cuyo extremo se sitúan los manantiales de agua hirviente (Furnas) donde cocinan el típico “cocido das furnas”. Rodeando el lago se ven algunas envidiables casas, aunque el aroma sulfúrico que desprenden las aguas termales no debe hacer siempre agradable disfrutar de las idíclicas vistas J . En un extremo del lago existe también una interesante capilla neogótica, construida en una piedra de tonalidades rojizas que la hace destacar entre un verdísimo entorno.



Aquí están construyendo unas nuevas edificaciones ultramodernas, pero discretas, que forman el área de interpretación de las Furnas. El acceso en coche a esta orilla no está permitido y no hay aparcamientos. Así que otra vez las guías te llevan a un lugar donde tendrás que dejar el coche en medio de la carreteara y dar un paseo agradable si quieres encontrar lo que la guía te ha prometido (y que no está tampoco señalizado).

- Ribeira Grande, un bonito pueblo, en la zona Norte, que es el centro de deportes acuáticos de la isla, especialmente en la playa en la que se practica surf y parapente. Dispone además de un complejo de piscinas municipales especialmente agradables y cómodas para loa niños (también hay piscinas en Lagoa y Caloura)

Cerca de Ribeira Grande están los princpales atractivos turístcos: Lagoa Velha, Caldeiras, Valle das Lombadas y Lagoa de Fogo. Ah! Y en el centro un pequeño parque con wifi gratis J

- A Lagoa Velha se llega desde una pequeña entrada apenas señalizada en la carretera y más identificable por el pequeño aparcamiento a su vera ( no más de veinte vehículos caben entre las dos zonas, una antes y otra después de la entrada, ambas casi en plena curva). Aquí se puede dar un corto paseo a través de un sendero entre un vergel formado en la ribera de un cauce de agua que comienza desde una pequeña cascada donde el agua caliente permite tomar un baño (hay algunos cambiadores para poder vestirse allí mismo) en una zona habilitada para ello y sintiéndose como un garbancito en el caldo.

- Las Caldeiras es una antigua zona balnearia, con algunas edificaciones interesantes y aspecto casi abandonado donde de nuevo la riqueza térmica del subsuelo aflora en manantiales de agua caliente.

- Desde las Caldeiras , por una pequeña y nada señalizada carretera que luego se estrecha (aún más) se llega al interior del parque Natural de Lagoa de Fogo y se accede, tras un serpenteante viaje, al fondo del Valle das Lombadas.


Este Valle es espectacular. Parece aislado de todo al estar rodeado de altos picos de paredes muy verticales y absolutamente frondosas que además generan un micro clima húmedo con permanente niebla. Ninguna edificación más que las ruinas de un par de casas y, en ese momento, sin más visitantes que nosotros. Al cabo de un rato apareció una familia en una furgoneta con decenas de garrafas. Al parecer el agua es allí rica en minerales y los isleños acuden a llenar de esas aguas bidones y botellas para su uso doméstico. Al igual que en el resto del viaje, el turismo era mínimo.

- Lagoa de Fogo es el mayor lago de la isla. Tampoco es fácil de encontrar ya que está indicado el camino pero no el punto exacto.


De hecho, no llegamos a encontrar un acceso. Solo pudimos verlo desde los miradores de la carretera y al segundo intento (la primera vez la niebla era tan cerrada que no había visibilidad ninguna y casi ni los miradores eran discernibles) Luego comprobamos en Google Earth que efectivamente, no hay carreteras hasta él. Esto es una ventaja más ya que hacer senderismo por la zona, sin compañía de coches debe de ser espectacular y recomendable. En nuestro caso, se nos fue el tiempo y la oportunidad, aparte de que el escarpado acceso desde la carretera al lago disuadió a nuestra pequeña del intento. Lástima.

-En Lagoa hay un convento franciscano de interesante portada barroca. El interior estaba cerrado pero en el exterior existe un interesante jardín público con algunos enormes ejemplares.


Especialmente interesante un árbol cuya especie no reconocí, aunque las hojas recordaban a las del magnolio, pero que era admirable por su tortuoso tronco que se retorcía en el suelo y unía varios ejemplares.

- Y, desde luego, Ponta Delgada. Aunque la zona marítima ha sido un tanto estropeada con algunas construcciones horrorosas, aún conserva un centro hermoso y unas calles y rincones preciosos. Algunos jardines y parques visitables, el museo y sus plazas son lo más recomendable. Y ver sus escaparates,: anclados en la estética más rancia de los sesenta-setenta. Su feísmo acaba siendo llamativo y atractivo. Alguno de estos escaparates, especialmente de ropa, tenían modelos que costaba pensar que se fabricasen aún hoy. Otros locales habían pasado directamente del estilo de los sesenta al estilo abarrotado-chino, dando continuidad al feísmo local con el feísmo global. Os dejo un recorrido completo. Espero aprender a meterle también comentarios y puntos de interés para que sea más útil (next time :-))

Comidas.

Es difícil destacar sitios. La comida es de calidad y variedad bastante homogénea en todos los locales visitados. En general cuentan con unas materias primas naturales y excelentes. Eso garantiza los sabores en casi todos los sitios, desde los más publicitados y turísticos hasta los más populares o recónditos. En todos ellos, las cantidades son excesivas, por lo que conviene pedir un solo plato. Además, es siempre bastante sana, ya que salvo alguna excepción con platos de cerdo, prima el pescado y algo de carne de las muy abundantes vacas de la isla. Su guarnición, casi siempre arroz y legumbres, garantiza una alimentación saludable solo en riesgo por las ingentes cantidades.

Nos gustó el restaurante Mariserrra, en la playa de Lagoa, por ser uno de los pocos que encontramos con una terraza agradable junto al mar. Y la Adega Regional en el centro de Ponta Delgada (siempre con colas para comer, pensamos que sería una garantía de calidad y no nos equivocamos). Otros recomendados, como el Mercado do Peixe, en el paseo marítimo de Ponta Delgada, los descartamos porque el calor dentro era horrible.

Este exceso de calor lo sufrimos tamnbién en el restaurante Adega Acoriana, creo, no estoy muy seguro del nombre. Y esta es la recomendación negativa a extraer de este viaje. Se encontraba al lado del Restaurante Alcides (error no haberlo elegido). Entramos en él porque era de los pocos que tenía un aspecto especialmente cuidado. Pero eso era todo. A pesar de su aspecto, de sus camareros de uniforme y pajarita, la comida resulta la peor elaborada y más insípida de todas las probadas en la isla. El calor era tal (la cocina está al lado y sin más separación que un mostrador) que tuvimos que pedir que conectasen el aire acondicionado (que estaba apagado!) . Y a pesar de tanta decoración, tanto uniforme, tanta buena presencia, las servilletas eran de papel (algo común en toda la isla, salvo el el resaurante del Hotel Calora. Pero éste, es recomendable por sus vistas y nada más. La comida de carta no nos pareció destacable y el buffet era también normalillo. El precio, el más caro de los que probamos en la isla.

Así que, al final, casi merecía la pena meterse en cualquier bar encontrado en el camino. En todos, el pescado es fresco y no hay forma de estropearlo en una sencilla elaboración a la brasa. Y las legumbre o arroz de guarnición no podían defraudar.

Otras recomendaciones y comentarios.

El clima es curioso. El anticiclón de la Azores debe traernos el calor a España pero quitándolo de allí. El tiempo es tremendamente variable. Puede llover cinco minutos y volver a salir un sol espectacular un rato, para volver a llover otros cinco minutos. Por tanto, imprescindible el bañador y el chubasquero siempre en la bolsa. En cualquier momento te puedas dar un chapuzón o un remojón.

Los coches de alquiler son caros y, en nuestro caso, bastante antiguo. Las carreteras, salvo algunas ampliaciones y nuevas autovías en construcción, son pésimas. Estrechas, sin aceras en las poblaciones con indicaciones pobres (especialmente en las rotondas!) . En ninguna señal indican la distancia, así que no sabes si el próximo punto al que te diriges está a 20 metros o a 20 kilómetros… bastante caótico. Eso sí, conducen fenomenal para las carreteras que tienen. Y con un estilo radical: o van prudentemente despacio, o sobre todol os jovencitos del tuning (aquí también ha llegado, claro) muy deprisa. Pero todos se paran en los cedas, en los pasos de peatones. Y todos ceden el paso al que viene de frente cuando, como es habitual, su carril está ocupado por alguien que ha parado un rato en medio (al no haber aceras o arcenes, se ocupa el carril para aparcar (incluso en los lugares turísticas el aparcamiento es muy escaso).

En resumen, paciencia, mucha paciencia en la carretera. Y también en los restaurantes. El servicio es leeento. Se nota que el turismo es todavía una actividad incipiente en la isla. Los sectores principales son todavía la agricultura y l a ganadería. Y el turismo es en gran portugués. Eso hace que los atractivos de la isla no estén suficientemente comunicados, la información y guías es escasa y la accesibilidad una vez allí es también limitada. Pero, ese es su encanto. Que no cambie.

06 septiembre 2010

Apple es para pijos?


Definitivamente, Apple está dejando de ser cool para convertirse en simplemente pijo. Siempre lo ha sido un poco. Pero tirando más hacía la pijería estética que hacia la del dinero.



Este verano he podido comprobar como los pijos más pijos de todos los pijos paseaban en vacaciones con su ipad y su iphone.

No había más que verles la pinta para darse cuenta de que les sobraba el dinero y que lo más cool que se han sentido nunca ha sido al acercarse a un congelador.

Entre el desprecio que empiezan a mopstar a ñas criticas, su entorno cerrado y propietario y su endiosamiento, están consiguiendo empezar a ser una marca antipática que lleva gente a la que no quiero parecerme.

Por cierto, escribo esto desde un imac que siempre ha funcionado bien. Pero soy usuario, no fan ni sectario.

14 agosto 2010

Guia de Ourense. Por capítulos. I. Centro


No puedo hacer una valoración neutra de esta ciudad ya que, para mí, no es solo un destino o un lugar donde pasar unos días sino el referente de mi memoria.


Aparte de disfrutar allí de algunos lugares y visitas recomendables, cada uno de esos lugares trae consigo el recuerdo, a veces nostálgico por alguna pérdida, a veces nostálgico solo de otro tiempo, de un entorno que me acompañó durante muchos años. Por eso requerirá de más de un post. Empecemos por la parte más turístico / útil.


Sin duda, en Ourense hoy solo cabe recomendar el casco viejo y un par de calles más. Como casi todas las ciudades medias de España, su crecimiento en la última mitad del siglo XX solo aportó feísmo y degradación a la ciudad.


En los últimos años, siguiendo algunas iniciativas de recuperación y aprovechando fondos europeos para intentar obtener una mayor cuota de ingresos de turismo (ya que el resto de actividades productivas aquí son muy marginales) se llevaron a cabo algunas iniciativas de revitalización y embellecimiento que han hecho que, al menos, algunos puntos hayan sido restaurados y revitalizados con gusto.


Hoy, prácticamente todo el casco viejo es peatonal, haciendo de ella una ciudad muy agradable para el paseo. Concretamente, su arteria ciudadana principal se llama así, el Paseo (donde se puede uno encontrar a todos los conocidos que tenga en la ciudad, todos ellos bien maqueados y puestos, como corresponde a cualquier ciudad de provincias)


Este paseo une el casco viejo con el Parque de San Lázaro, aprovechando una cota plana de la ciudad (Ourense está en un cajón excavado por el Miño que genera en verano un tremendo calor húmedo al estar encerrado el valle entre las colinas que la rodean y en invierno persistentes nieblas).

El de San Lázaro es un pequeño parque urbano con agradables terrazas, y una robusta estatua creo que de Asorey, dedicada a las victimas de la guerra civil (ahora a los dos bandos; antes, todos sabemos a cual)


A los que no te encuentres en el Paseo, los tendrás en la zona de vinos, en la zona vieja de la que parten las calles que van a dar al Parque. En apenas 400 metros, los que van en las calles de Pizarro y Lepanto, encontrarás no menos de 70 bares, tascas y restaurantes donde a mediodía y en la tarde-noche de cualquier días encontrarás a un gran número de parroquianos disfrutando de vinos y cervezas al lado de unas tapas de queso, tortilla, empanada, pulpo o lo que caiga. Y en casi todos ellos con la misma buena calidad.


Aún así, recomendaré aquellos por los que siento especial predilección, más allá del Bacelo (el más agradable para sentarse en un ambiente relajado, como ya he escrito).

1) Alpendre, justo al inicio de la calle Pizarro, tras la Catedral. Un lugar agradable par aun vino rápido y una nbuen atapa de empanada, por el ambiente de buenserfvcio y buen copmpadreo parroquiano que en él hay.

2) Arco da Vella, por sus quesos y buen pan

3) Dos Puertas, por sus famosos chicharrones, casquería (no aptos para estomagos delicados.

4) Porta da Pía, un lugar que destaca por su excepcional teraza con jardín



Fuera ya de este circuito, pero muy cerca de la zona, apenas dos calles más abajo, en la plazuela Eirociño dos Cabaleiros, uno de los rincones más hermoisos de Ourense y donde se ha conservado mejor la vieja estructura medieval de la ciudad, dos locales a destacar: Casa de María Andrea, con sus exquisitas patatas fritas caseras como aperitivo, y el tradicional Queixo Pan e Viño. Un local clásico en la ciudad aunque ha estado en otras ubicaciones. Aquí, si el tiempo acompaña, merece la pena subir a la terraza superior donde en tradicionales bancos corridos se puede disfrutar también de los clásicos de la cocina gallega, junto a una exquisitas ensaladas (¿porqué ya no saben así las lechugas y los tomates de supermercado?) o chipirones.


En fin, seguiré con las recomendaciones sobre esta ciudad en nuevos post, pasando a otros elementos de interés como su historia arquitectura o poblaciones de los alrededores, con especial atención a la Catedral, la plaza de abastos, los monasterios de la ribera del Sil y San Pedro de Rocas.

09 mayo 2010

Algunas películas más recomendadas para ver con tus hijos (II)

Consultad también

Sigo vago. O con poco ánimo para mantener el blog. Así que voy a hacer un aporte muy limitado para ampliar la lista de películas recomendadas para ver con hijos que comencé en el anterior.

Ella se fue
Corazon de dragón
Un puente hacia Therabithia
La aventura de los águila
El hijo de Ranbow
El niño de pijama de rayas
Cinco días en Saigón.
Mil años de oración