Un restaurante cuya visita se ha convertido ya en hábito ha sido Doña. Situado en Zurbano 49, se trata de un local especializado en arroces pero del que destacaré más que su comida, su ambiente. Es un lugar especialmente tranquilo y agradable, discreto y sencillo, honesto y en que se puede disfrutar de una comida bien elaborada (aunque sin alharacas) y de un servicio eficaz, atento y profesional.
La música, muy baja, nunca molesta. Mantienen un ambiente siempre estable, a lo que colabora la casi ausencia de luz natural (dispone de unas pequeñas ventanas pero casi siempre con las cortinas echadas y la calle tampoco permite la entrada de mucha luminosidad). Así que siempre generan un similar ambiente, sea noche o día: cálido y acogedor producto de los tonos de la decoración. No es para nada uno de esos locales de diseño. Ni la típica casa de comidas española. Más bien se trata de un pequeño restaurante burgués, en el que casi siempre encontrarás una mesa, a excepción de los días laborables donde se llena con los profesionales de la zona que acuden a tomar su menú.
Cuenta con la ventaja añadida de sus comedidos precios y unas raciones más que generosas (el arroz para dos es suficiente, especialmente si se ha tomado primero) para tres o cuatro.
Disfrutar luego de un café y una sobremesa en la tranquilidad de este discreto local es la forma mejor de conciliarse con el mundo.
Pero si recorres al terminar unos metros y, ya en el paseo de Eduardo Dato, te acercas a las muy antirrevolucionarias (en todos los sentidos) cafeterías "Richelieu" o "Mazarino", situadas casi colindantes, podrás disfrutar de la atención de camareros "como los de antes" con un servicio perfecto, los mejores licores y la tranquilidad que los burgueses de la zona (no hay más que ver los aspectos de los parroquianos y los precios de las consumiciones) disfrutan sin saber que, de vez en cuando, algunos individuos seguramente para ellos poco recomendables, nos colamos en medio de su muy reaccionario way of life.
22 febrero 2008
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2 comentarios:
Hola, acabo de conocer tu blog y te dire que me gusta leer tus opiniones y tambien quiero dejar una mía sobre uno de los locales que mencionas. Te cuento primeramente que no soy burguesa, pero si de la zona (clase media hipotecada) y que me encanta Mazarino, sobre todo desde su restauracion que dejó a Richelieu decadente, rancio y sombrío (no me gusta). Mazarino es nuevo, limpio, tranquilo y clásico, donde siempre te sientes muy bien atendido. Coincido contigo en el trato tan profesional del personal (esto no se encuentra en los restaurantes franquiciados de la capital). No voy todos los días, porque mi economía no me lo permite, pero siempre que puedo lo hago (mi autoestima es alta y nunca me he sentido inferior en ningún ambiente. Ja,ja,ja). Reconozco que es mi local preferido de Chamberi para tomar un aperitivo o ir a comer (se come de miedo por 18 euros). Tambien me gusta tomar una copita algún fin de semana con mi pareja para hablar de todo lo que entre semana no podemos por el agobio del trabajo y los retoños adolescentes (son unos cansinos).
Seguro que si lo frecuentaras un poco más, te enganchaba y te darias cuenta que muchas veces merece la pena pagar un poco más y estar bien atendido, porque eso fata mucho por ahí y también te cobran bien cobradas las consumiciones y además sin aperitivo.
Espero que no te moleste mi comentario, pero al tocar mi local preferido no he podido por menos. Ruego me disculpes.
Un saludo Mari Angeles
Gracias por tu comentario No me molesta en absoluto. Al contrario, creo que vienes a incidir en lo mismo que comentaba: es un lugar agradable, con buen servicio y donde merece la pena pagar ese plus bien merecido. No sólo no me importa sino que es lo que pretendo habitualmente: poder elegir lugares donde ese plus de precio tiene sentido. Lo que quería señalar en el comentario es que tanto uno como el otro (Mazarino y Richelieu, suelo ir a ambos, especialmente en cuanto llega el tiempo de las terrazas)tienen como principal defecto, en mi opinión, un exceso de "gente rancia" de la que me separan las diferencias percibidas que lo común de ciertos gustos.
Gracias de nuevo, por la lectura y el comentario.
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