29 agosto 2006

Una recomendación negativa: restaurante Silk & Spice


La diferencia entre un restaurante honesto y una moda pasajera puede verse a veces a muys escasa distancia. Del restaurante Silk & Spice, en el centro comercial Arroyo de la Vega, al Mesón Tejas Verdes, en San Sebastián de los Reyes, antigua N-I, apenas habrá un kilómetro. Pero existen varios años luz de diferencia en calidad y servicio.

El primero, inaugurado hace poco, goza de la benevolencia de los comentaristas de las revistas guías de Madrid. En especial, el caso de On Madrid, revista que en sus escasos meses de vida ya ha dado muestras de su escasa fiabilidad y de la parcialidad de sus juicios, claramente dependientes de algo más que la objetividad del crítico (hay un restaurante que no voy a citar porque no lo conozco, pero que ha sido recomendado varias semanas seguidas: una porque era bueno para ir con niños; otra, por su terraza; otra por la calidad de su presa ibérica… Sospechoso que habiendo tantos restaurantes en Madrid, destaquen siempre el mismo).

A pesar de los múltiples comentarios positivos, lo cierto es que estamos ante uno de esos restaurantes en los que la moda y el “estilo” ocultan una banalidad gastronómica total.


El servicio, amateur, esta formado por jovencitos aspirantes a modelo vestidos de Kenzo. La música, tipo lounge /chill out ( es decir, lo que antes se llamaba música para ascensor y que sigue teniendo como misión ser oída sin ser escuchada. Pero hasta Ray Coniff era mejor que Chambao), aquí retumba hasta hacer imposible olvidarse de ella.

La comida, vulgar, especialmente en comparación con los precios. Los rollitos que se presentan como vegetarianos rezuman tanta grasa y aceite que, para tu salud, más vale pedirse un chuletón de Ávila.

El local es agradable. Todo diseño. Incluso la cubertería, que de tanto diseño hace que los cuchillos sean ergonómicamente nefastos (el mango redondo y delgado impide un agarre cómodo. Pero es taaan bonito L ). Al estar situado en el ático del centro comercial ofrece vistas a la zona de Alcobendas y Sanse. Y, sinceramente, ¿quién quiere verlos? ('vistas estupendas', según la revista Metrópoli, de El Mundo :-) ).

Y, para finalizar, se equivocan en la cuenta. En mi caso me la presentan con ¡un 50% de diferencia! Obviamente, les indico el error, pero lo corrigen parcialmente (ya habían pasado la tarjeta: se quedan con el iva del total y devuelven sólo parte del nominal de parte de los platos indebidamente cobrados. Parece que el cerebro lo tienen ocupado por las últimas creaciones de Kenzo y ésto les impide ya no sumar (eso lo hace la máquina), sino reconocer los números en las teclas.

No me gusta discutir ni reclamar, así que paso de insistir y me voy con la promesa mental de no volver nunca más. Cosa que seguro que consigo pues el local en el que están debe contar con alguna maldición ya que ha cambiado de dueños varias veces en los últimos años. Paso de advertírselo: que les den.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ocurrió lo mismo en el restaurante "El Puerto de Pozuelo". Muy recomendado en La Guía del Ocio y otros sitios, y resultó ser nefasto. Gasté dinero en celebrar mi cumpleaños, y fue un fiasco.

En cuanto a la música, habrá tantos, pero quiero referirme a Furama, en Príncipe Pío. Oscuridad y música altísima. Era más un ambiente de bar de copas que de restaurante, y cada vez ocurre más esto, lo de la absurda música de fondo.