15 octubre 2006

Románico de Boí Taull. Decepciones y sorpresas

La impresión que uno tiene en todo el Pirineo es la de ver un lugar que alguna vez fue hermoso, tranquilo y solitario. En gran parte sigue siendo así. Pero el turismo de masas ya ha llegado y es para quedarse. Hoy, en Boí y Taull, el paisaje mas destacado son las grúas.

Mientras, el tan cacareado románico de la zona me ha resultado frustrante. Es obvio que estos monumentos son hermosos y merecen la visita. Sin embargo, han caído también bajo esa necesidad/necedad de la cultura de masas, con un exceso de didactismo y multimedia que altera totalmente el sentido de estos lugares y que, a quienes realmente interesa el tema creo que aporta bien poco y no añade nada nuevo a ningún libro básico sobre la materia. Para explicar a los turistas qué son, como se construyeron, qué significaban… convierten los monumentos en una especie de aula multimedia, totalmente alejada del recogimiento, sobrecogimiento, silencio y austeridad que uno espera encontrarse. Nos encontramos con videos, música, exceso de luz, piezas expuestas desubicadas… Quieren enseñar lo que era alejándolo al máximo precisamente de lo que fue.
Por supuesto, las pinturas son falsas, una réplica de las originales que se exhiben en el Museo de Cataluña.



A la primera de estas iglesias, la de Boí se accede tras pagar poco mas de un euro a una señora a la que le es indiferente el lugar, mientras hace sudokus. Ni siquiera informe de que en Taull, Sta. Maria está en obras (como todo el pueblo) aunque sí intenta colocarte un bono para visitar todo el pack de iglesias (aunque no sea posible por las obras, como he dicho). Desistimos del pack ante la frustrante primera experiencia e hicimos bien.

En Taull se hace difícil comer pues todo esta cerrado a la espera del puente. Acabamos comiendo en el único garito abierto, con escasa oferta y donde además, la mitad de las cosas ofrecidas se han agotado. terminamos tomando un Oporto al lado de Sant Climent, en un lugar agradable cuyo dueño, en cuanto aparecemos los dos primeros (y únicos) clientes se apresura a poner música en el jardín, que maldita la necesidad que había, aunque sea Nina Simone .

La iglesia es interesante, pero de nuevo se acerca mas a una especie de entretenimiento de parque temático.

Lo mejor, gracias a la lluvia que acaba por caer y hace huir a los pocos turistas, un pequeño paseo por Caldes de Boi y los bosques mas cercanos, así como el extraño santuario de la Mare de Deu, con antiguas tiendas en lo que debió de ser un patio (casi claustro) y que parece ofrecer una perfecta conjunción de cristianos y mercaderes: antes de llegar a la iglesia, consume. Ésa es hoy su penitencia.



1 comentario:

Eduard Boada dijo...

... y al final acaban por cerrar muchas de estas iglesias a raíz de un ERO. Hay dinero para el multimedia y no para abrir las iglesias?