28 enero 2007

El Gran Silencio. Silencio curil

Me gustaría creer que la demanda de silencio empieza a ponerse de moda. Igual que el regetón (o ragetón o como demonios se llame) o los malditos bongos y sus incansables percuteros llegan a ser un símbolo, una marca, de masas sociales, ¿porqué no convertir el silencio en algo “in”, “fashion”, “cool”? La verdad es que ya sólo esas palabras me provocan urticaria. Pero sí creo que estaría bien que se pusiese de moda.

La película “El gran silencio” de Philip Groening, ha tenido un notable pequeño éxito dentro de su marginalidad. No la he visto (oírla era imposible :-) ).



Una película sin una sola palabra, sin chistes malos en el momento de la muerte, sin explosiones, persecuciones, tiros, música, banda sonora… puede ser un buen síntoma. Sin embargo, me temo que el éxito proviene tan solo de ser un producto único que se ha encontrado un nicho pequeño y virgen. Y aún así, un nicho en el que se mezclaban amantes del silencio y neoespirituales conservadores y católicos atraídos por la vida monacal mostrada. Pues lo que faltaba, que el silencio se acabe vinculando a formas pseudoreligiosas para rematar su ya escaso prestigio. Que acabe sirviendo para el proselitismo religioso en lugar de para la educación en los valores de respeto y civismo que deberían estarle asociados. De esta no lo ponemos de moda. No para mí. Prefiero otra ruidosa persecución de coches en San Francisco (con Steve McQueen al volante, por supuesto).

Políticamente correcto

Asociación de Padres de Niños Diferentes con Cuidados Especiales.
Todos podemos imaginarnos a que se refieren. Pero la manía de la perífrasis políticamente correcta lleva a cimas de la estupidez nominativa como ésta. Estos niños y sus padres merecen todo el apoyo y respeto y por eso no voy a escribir todo lo que tan cretino nombre puede provocarme. Pero se agradecería que obviasen la búsqueda de retorcidos nombres que no hacen más que mostrar lo incómodos que se encuentran con la realidad tal y como es.

20 enero 2007

Antonio Lobo Antunes.

"Cómo se te ocurre querer ser feliz conmigo, nadie es feliz conmigo, soy un aburrido. No me gusta convivir, no me gusta salir, no me gusta el cine, no me gusta la playa, ni siquiera me gusta cenar fuera, me gusta quedarme en mi rincón y que no hablen conmigo. ¿Qué rayos de felicidad podría darte? ¿Que te quedaras también en un rincón, aburriéndote? Además, no me fijo en las fechas: en tu cumpleaños, en el mío, en el día en que nos conocimos y por lo tanto no regalo flores, no doy besos, no doy abrazos, no celebro nada, no te dejo con lágrimas en los ojos, conmovida, poniendo rosas en los jarrones, Me gusta pescar. [...]
Me da pena. Palabra de honor que me da una pena enorme y el cuchillo, desmañado, vuelve a fallar con el melocotón. Me apetece, fíjate, regalarte flores. No te las regalo. Abrazarte. No te abrazo. Fijarme en las fechas. No me fijo en ellas. Me quedo aquí con las manos sobre las rodillas. Y, como no me gusta salir, si me invitas a tu boda, discúlpame, pero no voy a ir. Participo en el obsequio de los compañeros de trabajo

-Faltas tú, Guedes

y me quedo reflejado en el tablero de agua negra del escritorio, temblando."



El artículo de Antonio Lobo Antunes en las páginas de El Pais cada sábado, casi, provoca un placer que hace inútil toda palabra añadida. ¿Qué se podría decir después de leerle? Solo que uno tiene una enorme envidia sana por ese regalo maravilloso de la belleza escrita.

Y para expiar ese pecado, solamente se me ocurre la no penitencia de seguir leyéndole.

14 enero 2007

Una breve Historia de casi todo

Aunque hace ya tiempo que leí este libro, solo el hecho de que su lectura fuera anterior al inicio de este blog explican que no lo haya recomendado antes. Y es que, sin duda, su lectura ha sido una de las más agradables que recuerdo en mucho tiempo.

Solo puedes acabar lamentando no haber descubierto este libro antes. O que quienes debieran en cualquier escuela fomentar el amor por la ciencia, estén tan lejos de transmitir la pasión y el placer que genera. Si fueran en esto más hábiles, nuestras sociedades serían mejores (estoy incluso convencido de que habría menos tunning, menos dancing y menos piercing).



Ahora, aprovechando que recientemente he visto una nueva edición, casi de lujo, en tapa dura, con ilustraciones (se nota que ha sido un éxito) no quiero dejar de aprovechar este pequeño foro para que los pocos elegidos (autoelegidos? :-)) que lo leen puedan reparar en él, si no lo han hecho aún.

Como su título indica, el libro pretende narrar la historia del universo. Mejor dicho, condensar el conocimiento científico sobre todo el Universo: desde la astronomía y la cosmología a la biología o la geología.

Tan agotadora misión es cumplida con éxito por Bill Brixton, de profesión periodista, al parecer. Y lo logra con una escritura entretenida, ágil, llena de sentido del humor. En la atractiva narración de la evolución de los conocimientos del hombre sobre su entorno muestra una erudición que no cae nunca en la pedantería. Al contrario, su inmensa documentación se muestra de forma natural y agradable.

Mezcla tanto la descripción del avance del conocimiento como las vidas, aventuras e interrelaciones de los principales científicos de la historia. Al tiempo, multitud de anécdotas hacen aún más agradable y ligera la lectura y, en muchas ocasiones, nos ilustran sobre la personalidad o el entorno de estos científicos. En otras ocasiones, saca a la luz científicos olvidados u ocultos por el brillo de otros con igual mérito pero mayor suerte.

De especial mención resulta el sentido del humor que aplica en todo el libro y que hace que la lectura se convierta en un placer a pesar del tema tratado. Así, en uno de los primeros capítulos, cuando intenta explicar los avances en la física actual, acaba reconociendo que "vivimos en universo cuya edad no podemos calcular del todo, rodeados, de estrellas cuya distancia de nosotros y entre ellas no podemos concer, lleno de materia que no somos capaces de identificar, que opera según leyes físicas cuyas propiedades no entendemos en realidad..."

Recomendacion: Prince at The Alladdin

Hacía tiempo que no escuchaba a Prince. La última vez que lo disfruté hasta alcanzar un pagano nirvana fue viendo un video con un concierto en directo cuyo título, lamentablemente, no recuerdo (aunque creo que era el Sign ‘o’ the times). Unos martinis nos ayudaron a alcanzar el punto de disfrute necesario. ¡Caray!, ahora que lo pienso, hace unos quince años de aquella noche!!

Su recuperación, como casi todos los momentos gozosos, proviene de lo inesperado: La única compra de navidad que he hecho fue la de un dvd infantil para mi hija. Temeroso de acudir en tal época a la Fnac y morir entre la masa de desesperados consumidores navideños, opté por probar suerte en un centro comercial más cercano.



Por suerte no fue necesario ni entrar al Alcampo que nuclea el horrendo lugar. A la entrada del centro un pequeño puesto temporal, poco más que una mesa desplegable, ofrecía unas decenas de dvd’s. Entre ellos el infantil que buscaba.

Pero también disponía de, entre otros muchos dvds musicales, este de Prince que opté por regalarme.

Una vez escuchado, me ha dejado un magnífico sabor de boca. Funky puro, con toques de jazz y electrónica. La diversidad y originalidad que esperamos de Prince completada con su más típica vis estrambótica. Elegancia visual, buen sonido, mucho ritmo y la colaboración impagable de Maceo Parker colaborando a que la fiesta sea total. Las colaboraciones de los vientos (dos saxos y trombón) y del piano toman en ocasiones todo el protagonismo y convierten el concierto en algo mucho más allá de un pop banal.

Muy recomendable

13 enero 2007

AVT

Resulta curioso ver como puede conjugarse la Asociación de Victimas del Terrorismo con la palabra Fascista.
Comprobad sino, como es casi indeferente el lugar donde la coloques; en casi cualqiera podría cuadrar:
Asociación Fascista de Victimas del Terrorismo
Asociación de Victimas Fascistas del Terrorismo
y, por supuesto,
Asociación de Victimas del Terrorismo Fascista.

Aunque, quizás, la segunda es la menos indicada, es lamentable comprobar como se despeñan hacia la primera.