Josep Ramoneda defendía hace pocos días que la crítica de Sarkozy a las ideas de Mayo del 68 eran un error desde una postura novedosa e interesante.
Defiende que mayo del 68 no fue sino el inicio de una revolución liberal que tomo la excusa de aquella ruptura con los valores tradicionales para liberarse realmente de toda atadura moral del capitalismo para llegar a la eclosión actual de liberalismo total en lo económico (¿os acordáis cuando la sociedad tardofranquista advertía de la confusión entre libertad y libertinaje? Ninguno de aquellos habla hoy, sin embargo, de libertinaje económico. En economía no hay límite posible a la libertad).
Y también en la moral y los valores, se han roto todas las referencias y nadie se atreve a definir un marco en el que se haya de encerrar el liberalismo. Nadie se lo exige.
Lo malo es que nos hemos creído todo ese ruido que el pensamiento dominante, los líderes conservadores, los medios neoliberales, pregonan. Eso de que la izquierda es el origen de la crisis de los valores, contra la que solo la derecha y los conservadores (y esas malditas religiones) pueden poner coto.
En realidad la ausencia de valores es el marco ideal del actual liberalismo: solo la ausencia de moral explica que lo económico se convierta en última explicación de la bondad o maldad de algo.
El pensamiento crítico (no se si decir izquierda sirve de algo o aclara más que confunde) sigue siendo la única forma de búsqueda actual de una referencia moral. La única forma de sustituir el mero valor económico por un sistema de valores con algo de humanismo dentro.
03 junio 2007
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