Sírvete una copa de tu licor favorito (un rioja, un cubata, un oporto... qué más da).
Tómatela tranquilamente, sentado ante un ventanal que te permita disfrutar de la puesta de sol en estos soleados días de otoño recalentado.
Escucha algo animado de Talking Heads (Burning down the house o incluso Heaven pueden ser perfectos) hasta que la música sea lo único en lo que piensas.
Y disfruta el momento. Déjate llevar convencido de que todo es perfecto.
Y, cuando casi lo has conseguido, no dejes que te venza el recuerdo del maldito Tsahal.
10 noviembre 2006
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