05 noviembre 2006

La triste sonrisa de Steve McQueen

He vuelto a ver La huída, de Peckinpah, con Steve Mcqueen, y la siempre cuasiadolescente Ali McGraw (¿Por cierto, qué ha sido de ella? Casi no se laha visto en películas después de las de esta época?)



Me gusta la película pero me gusta especialmente por recordar al actor. No sé muy bien cual puede ser la razón, pero es un actor que siempre me ha resultado especialmente magnético.

Creo que solo recuerdo en mi infancia un par de muertes (mediáticas) que me impactaran: la de Félix Rodríguez de la Fuente y la de Steve McQueen. Aún me parece estar viendo su foto en algunas portadas de periódicos colgadas con pinzas a la entrada del portal en el que estaba situado, casi bajo el hueco de la escalera, el pequeño rincón del quiosco de Marina, donde comprábamos los cuadernos, cambiábamos cómics y, las mujeres, llevaban a zurcir las medias (otro oficio perdido en este rápido cambio que ha llevado a nuestro país a la modernidad en apenas dos décadas)

La sonrisa de McQueen es probablemente la más triste del cine. Se parece en esto a Glenn Ford, otro asceta del gesto. Sus sonrisas siempre parecían conscientes de un dolor insalvable.

Su alegría parece sólo enmascarar una tristeza de fondo, como esas canciones alegres de Mª Dolores Pradera, que mientras canta con ritmo de rumba algún tema de Carlos Cano no consigue remontar una sensación de melancolía más fuerte que la propia liviandad del ritmo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Has quitado el enlace al INM!!
Tenía la costumbre de entrar a ver la previsión del tiempo a través de esta página

Anónimo dijo...

No lo he quitado. Han desaparecido todos al mover el blog a la nueva version beta de blogger. En cuanto tenga un ratillo, los volveré a incluir. Gracias por la sugerencia